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Nos marca un deseo, un objetivo.
La naturaleza quiere descubrirse, desea mostrar su esencia.
¿Y nos dejamos enseñar?
Por supuesto que sí, pero de forma velada, indirectamente.
Al no ser capaces de captar su espíritu, y de sentir sus latidos, precisamos metáforas y disfraces, para atrevernos a intentar el esperado acercamiento, siempre demasiado leve. . . Pero al menos ese intento resultará agradecido por todos sus seres.
Y por ello, ¡ un árbol se viste de payaso !, y toma a esta Compañía de Títeres como instrumento de acercamiento, a los niños sobretodo, que ya se sabe que aún no se han alejado demasiado de las raíces y de las hojas que están en el suelo.
En “Búscame en el bosque”, un árbol, unas ardillas, unos pájaros, una enredadera y unas duendecillas, como símbolo de ese espíritu bien guardado de la madre naturaleza, nos invitan a sumergirnos en su búsqueda. ¿Nos atrevemos?, ¡vamos!.
Todos los animalitos sin excepción son atendidos por igual, por el Árbol Payaso, se lleva muy bien con todos ellos. De hecho, celebró en una ocasión un concurso con todos los que querían cantar, en lo que se llamó “El festival de los animales”. Sí, aquí se le dio la primera oportunidad a una jirafa, a una tortuga, a un perro y hasta a una vaca folclórica. Y no dudó en ayudar a un perrito callejero indigente en “Tana y el perrito de lana”.
Ni un cerdo se queda olvidado, y menos de uno tan especial como “El Cerdito Glotón”. En esta obra, el Árbol Payaso nos hace trabajar muy duro a tres de los titiriteros de Titarayana, para poder representar su cuento, moviendo frenéticamente
COMPAÑÍA TITARAYANA
Titeres y animacion

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